Se deslizó una lágrima por mis mejillas, supo a sal cuando llegó a mis labios, esos labios que habían tenido el sabor dulce de tus besos... Habíamos robado tiempo a nuestras vidas y olvidado por unas horas que nuestros caminos se acabarían separando; en aquella habitación, ajena al resto del mundo, solo existíamos tú y yo, nuestros corazones latiendo acompasados y desbocados y un deseo que quedó flotando en el aire...
Esperanza Ariño Pintre
Está muy bien espe, ese puede ser el inicio de una buena historia escrita en prosa. ¿Qué es para ti?
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