de sol, de luz.
Bendita mirada
me regalas, tú,
con el abrigo
de tu piel
templada.
Me despierto

de ojos grandes
cuajados de miel
y avellana.
Desayuno tu cariño,
te alimentas del mío.
Compartimos...
Endulzamos este domingo
recién nacido.
Verónica Álvaro
Muy bonito Vero, ya sabemos que tu amor tiene unos ojos lindos, pero solo te miran a ti con dulzura, gracias.
ResponderEliminarLo que no te perdono es que hayas dejado ahí esas pastas
ResponderEliminarMª José